iWant

Fim de ano e uma urgência por não deixar coisas pendentes me levaram ao blog omegaimagine.
Prometi que iria escrever algo lá com os diseñadores e não dei bolo. Dessa vez falando sobre os desejos materiais dos "criativos" que, longe de responderem a necessidades funcionais, repetem a associação de objetos a status de uma categoria, o que não é nenhuma novidade.


Mucho se ha dicho acerca de las ventajas de los productos la compañía Apple. Diseñadores y publicistas – incluso los que trabajan con redacción y no necesitan de una máquina con increíble desempeño – están enamorados por las líneas familiares de todas las innovaciones, herederas indudables de los proyectos, de audio e imagen, de Dieter Rams para la Braun entre los años 1950 y 60. Sin embargo, el diseño y la eficiencia tal vez no justifiquen el hecho de que Apple se haya transformado en el maná de los “creativos”, así como los cuadernitos Moleskine que no computan ninguna data.

Aunque los precios practicados por la Apple no sean para nada populares, ya es global la práctica de las filas gigantescas en frente a sus tiendas a cada nuevo lanzamiento de un “IObjeto”. Son como coleccionables, símbolo de generaciones marcadas por la curiosidad, pero también por la pérdida de identidad y la búsqueda de ídolos.



Pero, ¿qué es lo que falta a las otras marcas?, ¿y qué tienen que ver los productos con identidades perdidas? Si bien es cierto que, por lo menos en lo que concierne a las computadoras, hay siempre una idea de adelanto de parte de la Apple en relación a Samsung, Dell o Toshiba, tampoco la clave es una cuestión informático-tecnológica. Eso nos lleva a una mirada retórica. Por supuesto la comparación con el Moleskine no es casual, ambas marcas siguen una estrategia muy semejante: la promesa de satisfacción bajo un concepto, no solo bajo características materiales. Si bien Moleskine mira hacia el pasado e inventa una leyenda para el campo artístico como identidad de su producto, mientras que Apple mira el presente y apunta un futuro como empresa fuente de ingenios y descubrimientos, en ninguno de los casos existe un problema a ser resuelto – además, no hay nada tan inconveniente como el iPod Shuffle que te saca toda la libertad de elegir una música específica para escuchar. Tanto los productos Apple como los Moleskine tienen status de accesorio, pero en el nivel del saber, no solo de lo estético. Son manifestaciones intelectuales, puesto que inspiran creatividad y vanguardismo son parte de una actitud, tal como fue el cigarrillo en los áureos tiempos de Rams en la Braun.